0047_Agustín Acosta. 12
Agustín Acosta 12º
CREPUSCULO
Sobre el verde frescor de la sabana
el dorado crepúsculo caía
en un suave matiz de poesía
ajeno a toda concepción humana.
Una maravillosa filigrana
era la selva al expirar el día.
Un adulce tristeza me envolvía,
tanto más hondo cuanto más arcana.
Cuando la noche en invasión de duelo,
por una escala azul bajó del cielo,
sentí en el corazón como una aurora...
Lancé un grito de reto a lo infinito,
y en la quietud suprema de la hora
sólo en mi corazón vibró aquel grito.
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